Un vendaval de lluvia y granizo destroza vallas y cosechas de caqui

Una intensa descarga de lluvia y granizo sacudió a primera hora de la tarde de ayer diversas poblaciones de La Ribera Alta y La Costera. La tormenta, que también activó fortísimas rachas de viento, produjo daños de consideración fundamentalmente en la cosecha de caqui, pero también en la de cítricos. Durante casi diez minutos que estremecieron a los ciudadanos, se desplomó una pared del campo de fútbol de Senyera y los cauces de algunos barrancos llegaron a desbordarse.

El temporal cruzó Xàtiva y Llosa de Ranes. En la Costera se registraron vientos de 77 kilómetros por hora en la partida setabense del Carraixet que ganaron intensidad después al situarse sobre el núcleo montañoso que rodea el Puerto de Càrcer. Desde allí, la tormenta avanzó hacia Beneixida, Càrcer, Alcàntera, Cotes, l’Ènova, Villanueva de Castellón y Senyera, donde un viento desbocado que golpeaba en todas direcciones y un chaparrón intenso deshojaron muchos árboles, rompieron ramas y arrojaron fruta al suelo. Los daños eran muy visibles en campos de caquis de la parte alta de Càrcer. Su alcalde, Josep Botella, exdirigente de la Unió de Llauradors, reconoce que las pérdidas serán cuantiosas. El seguro se presenta ahora como la única esperanza para los agricultores.

El granizo caído tenía un tamaño considerable aunque descargó en algunas zonas muy mezclado con agua. De la intensidad de la lluvia dan cuenta los 16 litros por metro cuadrado registrados en apenas unos minutos en Alcàntera de Xúquer y los 10 litros que se midieron en las estaciones de Barxeta y la Llosa de Ranes. El temporal ha castigado esta vez amplias extensiones de cultivo que se habían librado de los fenómenos meteorológicos que han sacudido La Ribera en los últimos meses.

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