Dejar heces de perro en las aceras y parques de Càrcer ya no quedará impune. El ayuntamiento, que durante años ha recibido multitud de quejas ciudadanas por las deposiciones incontroladas, implantará un proyecto que modificará la ordenanza municipal para que, además de obligar a censar los perros y colocarles un chip de identificación, sus propietarios también los sometan a un banco de datos. De este modo, cada vez que se localicen excrementos en la calle se procederá a recoger una muestra para analizarlos, con el fin de localizar a los dueños e imponerles una sanción que puede llegar hasta los 200€.
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