El alcalde de Alfarp, Santi Cervera (Compromís), ya ha presentado por registro de entrada su dimisión, que se hará efectiva en el pleno del próximo martes, en cumplimiento del acuerdo de gobierno alcanzado con el PSPV para garantizar la estabilidad municipal, que contemplaba la cesión del bastón de mando al socialista Raúl Mínguez tendrá lugar el próximo 9 de Junio. Será el séptimo relevo al frente de un ayuntamiento en el presente mandato en la Ribera y, previsiblemente, el último. Seis de ellos estaban pactados por diferentes alianzas en busca de mayorías estables, mientras que en el caso del Ayuntamiento de Montroi, el fallecimiento del alcalde que había iniciado el mandato bajo las siglas de Units per Montroi, Antonio Polo, propició un reequilibrio de fuerzas que acabó con la popular Vanessa Baixauli al frente del ayuntamiento.
Estos relevos apenas han modificado el mapa político de la comarca, donde el PSOE mantiene su hegemonía como fuerza con mayor número de alcaldías seguida por Compromís. Los cambios han reforzado mínimamente el liderazgo del PSOE, que cerrará el mandato con 21 alcaldes por los 20 que arrancaron la legislatura, mientras que Compromís concluirá el mandato con diez alcaldías, dos menos que en 2015. El Partido Popular, por su parte, llega a este tramo final como tercera fuerza política en base al número de ayuntamientos que preside, seis, uno más que los dirigidos por grupos independientes.
El más tempranero y rocambolesco cambio de alcaldía se produjo en Turís en enero de 2016. El concejal electo de Ciudadanos -pronto sería expulsado de la formación naranja-, Ismael Corell, reclamó ostentar el cargo seis meses para participar en un tripartito con el PSOE, grupo mayoritario y el entonces edil de Compromís Gabriel Hervàs, que también acabaría siendo expulsado por la formación nacionalista. El socialista Eugeni Fortaña asumió el gobierno y lo ha matnenido pese a algunos choques con el propio Hervàs.
Tres meses después, en abril, saltaba la sorpresa en Montroi. El fallecimiento de Antonio Polo como alcalde dio lugar a un pleno de investidura al que su grupo, Units per Montroi, con mayoría simple, se presentó sin haber negociado ningún apoyyo que le garantizara conservar la alcaldía. Las otras tres fuerzas políticas PP y dos grupos independientes, sí alcanzaron un acuerdo para designar alcaldesa a la popular Vanessa Baixauli.
Con todo, el baile de alcaldías llegó en Mayo de 2017, ya que la mayoría de acuerdos contemplaban la cesión en el ecuador del mandato. En Senyera, Pau Mascarós (Compromís) cedió el bastón de mando a Paqui Momparler (PSOE) mientras que en Catadau era el socialista Manolo Bono quien daba la alternativa a Hérctor Roig (Compromís). El acuerdo de gobierno entre Compromís y Socialistes d’Alginet devolvía a la alcaldía en Junio a un veterano de la política local, José Vicente Alemany, mientras que en Antella el PSOE cedía la presidencia del consistorio a Emilia Ortiz, del grupo independiente Gent d’Antella. En Alfarp, por contra, Compromís gobernó en minoría hasta que en enero de 2017 alcanzó el acuerdo con el PSOE, que asumirá la alcaldía en este último año de mandato.
Una vez se ocnsume este relevo el mapa político de la Ribera contará con 21 alcaldías del PSOE con Cullera, Algemesí, l’Alcúdia o Almussafes como buques insignia; diez de Compromís, que ostenta las dos capitales de comarca como Alzira y Sueca además de municipios del peso de Carcaixent o Carlet; seis del PP, en todo caso pequeñas localidades, mientras que habrá cinco municipios con un alcalde independiente -Alginet, Càrcer, Cotes, Real y Antella-, una versión local de Ciudadanos gobierna en Alberic y Units per València ostenta la alcaldía de Benicull.