La preocupación por reducir el consumo energético es cada vez mayor en las localidades. Una de las técnicas para disminuir este fenómeno es el uso de bombillas LED y debido al importante ahorro energético y económico que esto supone, muchos ciudades europeas están optando por sustituir sus sistemas de alumbrado para hacerlos <>, tanto para el bolsillo como para el medio ambiente. El Ayuntamiento de Càrcer ha conseguido reducir considerablemente la factura eléctrica con la remodelación municipal del sistema de alumbrado público, acometido en los últimos años. Según los datos que manejan los servicios técnicos del consistorio el consumo eléctrico en kilovatios se ha reducido un 46% cada año en los últimos dos cursos, mientras la factura eléctrica ha bajado exactamente en un 41%. La subida del precio de la luz en dicho periodo ha impedido que el ahorro sea mayor pero el ayuntamiento que dirige Josep Botella ha registrado ya una reducción del gasto de 15.000€ al año. Es por ello que el equipo de gobierno considera que la inversión realizada para el recambio de las farolas públicas (que ascendió a alrededor de 153.000€) se podrá amortizar en pocos años, consiguiendo que en adelante el ahorro aumente. Según el alcalde, Josep Botella: <>.
Las luces tradicionales utilizan demasiada electricidad para generar luz y sólo el 5% de esa energía se convierte efectivamente en luz, mientras que el 95% se disipa en forma de calor. Al contrario, la iluminación LED utiliza el 95% de la energía para la luz y sólo un 5% se desperdicia en el calor. Eso provoca que las bombillas LED duren casi seis veces más que las tradicionales, lo que reduce el número de reemplazos necesarios. El ayuntamiento carcelino también destaca que las luces LED no contienen elementos tóxicos como el mercurio.